Las Brujas

Las Brujas

miércoles, 30 de abril de 2014

Edad Antigua

Brujas griegas


La aparición de las primeras brujas en la literatura se remonta a la edad Griega, en la obra Medea, escrita por Eurípides. En esta obra Medea utiliza sus poderes de hechicería para cobrar a Pelias la muerte de Esón diciendo a sus hijas, las Pelíades, que podían convertir a un animal viejo en uno joven despedazándolo y cociéndolo, ella realizó una prueba para convencerlas introduciendo una oveja a un caldero y saltó de éste un cordero, así que despedazan a Pelias y lo ponen al fuego, por querer regresar a su padre la juventud, le quitan la vida accidentalmente. Medea y Jasón se alejan a Corinto tras el espantoso hecho. Ahí Jasón se compromete en matrimonio con la hija del rey Creonte y desata la ira de la hechicera Medea. Al saber que ésta querría vengarse, el rey ordena su destierro, pero Medea le pide sólo un día para luego partir, con la finalidad de planear un ajuste de cuentas. Le regala a Glauce, la nueva esposa de Jasón, una corona y una túnica que matan al contacto con el cuerpo. Luego Medea mata a sus hijos para que no caigan en manos de alguien que quiera venganza contra ella, para después huir en el carro de Helios.

 En esta obra se pretende recordar el lugar que tiene la mujer en la sociedad como la persona que da la vida y, si lo amerita, llegar a ser capaz de quitarla. Es ahí donde juega un papel fundamental el hecho de que Medea sea una hechicera con las características que su rol conlleva: malvada, hábil  e inteligente, ya que sin sus poderes sobrenaturales no hubiera podido llevar a cabo su venganza de la manera tan cruel como lo hizo.

Obra Medea de Euripides

Otra hechicera en la literatura griega es Circe, en La Odisea de Homero. Cuando Odiseo llega con su tripulación a la isla Eea, encuentra una casa de piedra, alrededor de la cual se hayan animales como lobos y leones, que no son más que personas que cayeron presas de los hechizos de la diosa Circe, quien se dedicaba a tejer en su gran telar mientras cantaba de una manera hermosa que era escuchada desde los alrededores de su morada. Los miembros de la tripulación de Odiseo fueron testigos de su armoniosa voz y quisieron ir a pedirle ayuda, misma que la diosa les ofrecería inmediatamente haciéndolos entrar a su casa y estando dentro utilizó sus poderes para preparar una pócima que los haría convertirse en cerdos. Odiseo encontró a Hermes quien le dio un brebaje que lo libraría de los poderos hechizos de Circe para poder enfrentarla y rescatar a sus compañeros. Odiseo marchó a donde Circe, quien  lo hizo entrar y beber de sus pócimas, pero no dieron resultado. Circe le propuso a Odiseo que se acostara con ella y éste le dijo que aceptaría si ella cumpliera la promesa de convertir a su tripulación en humanos y dejarlos en libertad. Circe accedió, los untó con otra poción y todos volvieron a ser humanos.

Se presentan en ambos personajes, Medea y Circe, varias características de las hechiceras: ese miedo que los hombres les tienen porque están enterados de su inteligencia y poder sobrenatural al cual ellos no tienen acceso, una gran belleza que provoca deseos sexuales incontrolables y ese respeto por considerar a la mujer la gran madre.

Tal vez ese fue el motivo de la posterior negatividad atribuida a la mujer: la incapacidad del hombre de obtener ese poder que el sexo femenino posee, así que al no lograr  igualarla procede a someterla para menguar su fuerza.

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